martes, 25 de octubre de 2016

La Revolución mexicana y sus costumbres.

Uno de los aspectos más notorios en México es que a partir del porifiato, nuestra cultura se basó en una mezcla de las demás culturas extranjeras, principalmente de la francesa, por la cual Porfirio Díaz sentía un gran amor y admiración. Esto es notorio inclusive hoy en día, ya que muchas de estas herencias se han mantenido en el país, a pesar de ser ajenas a este.
Esta imitación tenía una gran importancia, ya que era del agrado de las elites de México, las mayores clases sociales, las cuales en su mayoría, eran extranjeras, principalmente europeas e inglesas, y tener una cultura que ellos apreciaban sería de gran ventaja.

El Teatro
Los teatros de mayor importancia en esta época en la ciudad de México eran el principal, el Virginia Fábregas y María Guerrero, siendo este último uno de los destinados para la clase baja o los pelados en donde la atracción principal eran las escenas llenas de palabras altisonantes y vulgaridad.

El Cine
El cine fue otras de las atracciones llegadas desde el extranjero. Este cine era de escenas demasiado breves, como por ejemplo alguna escena de revolución que apenas duraba unos pocos minutos. Al comienzo ese cine era únicamente presentado para los que se encontraban en las clases altas, pero con el paso del tiempo las entradas bajaron sus costos y con ello el cine pudo ser apreciado por las clases de menor estatus económico.

Corridas de Toros
Dentro de los pasatiempos de la sociedad mexicana revolucionaria se encontraban principalmente las corridas de toros las cuales se fueron popularizando y perfeccionando, aunque era el espectáculo más cotizado de la época, más sin embargo mucha gente se las ingeniaba para comprar las entradas que variaban según la posición.

Deportes
Los deportes no son la excepción del influjo extranjero, por ejemplo, el futbol en México apareció en Pachuca en 1902 cuyo equipo estaba conformado por una plantilla de mineros ingleses y posteriormente se formaron nuevos equipos y se inauguraron los primeros deportivos para practicar el nuevo deporte, que hasta la fecha sigue siendo el predilecto de la nación.

Vestimenta
En cuanto a la vestimenta, los ricos solían usar grandes sacos, que les llegaban casi hasta las rodillas, y era muy común que tuvieran consigo un pañuelo.  Para ocasiones informales usaban la levita, frac, esmoquin y sacos en tweed, generalmente en tonos como blanco, negro, gris, verde oscuro y azul. Siempre usaban un sombrero, según el caso. Estos eran de coma, bombín o “canotier”.
En cuanto a los indios y campesinos, ellos solo solían portar una simple camisa y pantalón blancos, pero esto no fue sino hasta 1887, ya que antes los indios y mestizos solo solían llevar un calzón de mata, y con la meta de mejorar esta imagen, comenzaron a multar a quienes no se cubriesen con pantalón. Más tarde comenzaron a llevar sombreros de ala ancha y paliacates, y en algunos casos sarape de colores.
En cuanto a las mujeres, ellas debían vestir con decencia, portando largas faldas, usualmente blancas, y en algunos casos de colores, además de blusas recatadas en tonalidades sobrias. La mayor diferencia entre las vestimentas de las clases, era la opulenta falta de anillos, relojes,  y diversos accesorios, así como la calidad de la seda.
En esta etapa surgieron las “adelitas”, mujeres que participaron en la revolución mexicana ayudando como enfermeras, ayudantes, cocineras y en la mayoría de los casos, junto a sus maridos mientras estos avanzaban.



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