viernes, 14 de octubre de 2016

Aspecto Politico

Una vez que Porfirio Díaz asumió la presidencia de México en 1877 –basado en el Plan de Tuxtepec-, el proyecto económico y político que aceptó y mantuvo fue liberal, pero bajo una vertiente conservadora. Una de las propuestas orientada por los presidentes anteriores fue modificada por Díaz, tener cercanía con la jerarquía de la Iglesia Católica,  institución que los liberales anteriores habían afectado, sobre todo en sus bienes materiales.
*La iglesia volvió a ocupar un sitio determinado en el destino de la nación, pero sin responsabilidad alguna, pues oficialmente estaba separada del Estado.
*Díaz hizo pública su ostentación de su credo católico, al mismo tiempo que era miembro prominente de la masonería. Porfirio Díaz, en el mismo sentido de no confrontar a las fuerzas que pudieran cuestionar su administración, opero su decisión de ocupar la presidencia durante un cuatrienio, ya que había un grupo de liberales surgidos de la milicia activa que, en palabras de Juan Felipe Leal, hacia presidenciable a cualquiera de ellos y a varios herederos del grupo de juaristas y lerdistas que aún tenían presencia en el ámbito político. Y para evitar el enfrentamiento armado con los generales, Díaz dejo la presidencia en 1880 cediéndosela a Manuel González, pero ya habiendo trabajando, desde el Ejecutivo Federal, para retomarla en 1884. Donde Porfirio Díaz volvió a ser elegido presidente de México, pero ahora sus pretensiones no se limitaban a mantenerse en tal sitio  por cuatro años, pues era conocedor de su poder y de las ambiciones de sus colaboradores.

Díaz apaciguó a sus rivales más importantes dándoles oportunidad de poder económico y político en sus regiones. Procedió de manera distinta con quienes no tenían fuerzas suficiente: ofreciéndolos, desacreditándolos, exiliándolos o aniquilándolos si optaban por la disputa armada.
 Destituyó a una cuarta parte de los generales y licenció alrededor de 400 oficiales de menor rango para eliminar la emergencia de grupúsculos armados, también estableció un sistema de rotación de las jefaturas de las doce zonas militares en las que se organizó al país, Para 1892 las fuerzas armadas se encontraban bajo el riguroso control de Porfirio Díaz.

La vida política dependía del presidente; el Legislativo y el Judicial, que habían limitado la omnipresencia del Ejecutivo federal anteriormente, fueron controlados en la mayoría de los casos. En general se estructuró una pirámide de poder en cuya cima estaba Porfirio Díaz, inmediatamente abajo se hallaban el poder Legislativo federal, el Judicial y, en la base, los 27 gobernadores de los estados. Estos descansaban en los jefes políticos y ellos, a su vez, en los regidores de los municipios del estado. La frase del general era “Poca política,  mucha administración”.

El 23 de abril de 1892 apareció firmado el Manifiesto de la Convención Nacional a Favor de la Reelección por Justo Sierra, justo cuando había que justificar la tercera reelección de presidencial de  Díaz.
Más adelante, el mismo presidente otorgó su consentimiento para la organización  de una campaña periodística de injurias contra los científicos (Unión Liberal) y para la formación de una cuadrilla de porristas que los provocaran al duelo y a la riña, con la pretensión de no permitir estabilidad a ninguna facción que pudiera afectarlo.
Se formo  dentro de la administración porfirista otro núcleo llamado “reyista” apodado así por el general Bernardo Reyes. El reyismo contaba con una pujante simpatía popular, equivalente a la impopularidad que el grupo científico tenia entre las clases dominadas.
Porfirio Díaz se inquieto por esto, así como por las actividades políticas que este llevaba a cabo en la segunda reserva del ejército, por lo cual lo despidió de su gabinete, lo cual acarreó gran desprestigio, llegando sus antiguos simpatizantes a acusarlo de cobardía.

Otros sujetos sociales menos fuertes y relacionados con el proyecto económico de Díaz la situación se torno muy diferente, uno de ellos fue la prensa opositora, Ya desde la primera reelección, algunos dueños de periódicos y escritores habían sido reprimidos por negarse a avalar, desde sus publicaciones, las reformas a los artículos 78 y 109 de la Constitución Mexicana para permitir la reelección del presidente de la republica y de los gobernadores de los estados.
Si bien la represión a la prensa organizada y opositora fue muy cruenta, periódicos como El Hijo del Ahuizote se mantuvieron en el ejercicio de sus importantes trabajo y también surgieron hojas sueltas, panfletos y caricaturas para informar, a veces de forma muy irreverente , aspectos que la prensa oficiosa no presentaba: asesinatos de obreros, de campesinos y de indígenas que reclamaban las pésimas condiciones en que trabajan o los despojos y persecuciones que sufrían por parte de los dueños de fábricas, terratenientes y latifundistas, avalados por las autoridades porfiristas.
Otro de los ejecutores de su política represiva fueron cuerpos paramilitares llamados “los rurales”, Si bien esta fuerza había sido auspiciada por el juarismo para contrarrestar el bandidaje que se presentaba en los caminos, Díaz la optimizó para controlar brotes de regiones apartadas del centro de la republica y actuar con rapidez. Para inicios de 1900, la realidad mexicana encontraba cierta estabilidad gracias a la paz porfiriana, mejor precisada por sus opositores como la “Paz Sepulcral”.
Los intereses de sus adeptos estaban asegurados, sobre todo en una fase donde los capitales europeos y estadounidense buscaban espacios para reproducirse, Si ya se había conseguido estabilidad política, podría haber crecimiento económico. Ante ello, el sistema político se sustento en dos elementos que se consolidaron a la integración económica capitalista de México: la inversión extranjera y una nueva política agraria.
Caricaturas políticas burlándose de todo lo que había que censurar, como las reelecciones de los diputados:
El hijo de El Ahuizote, 30 de julio 1899. 








                                                              
                                 
                                                                                                








Hubo heroicos periodistas que quisieron conservarse independientes y afrontar el peligro, como
Ordóñez, quien fue quemado vivo en Pachuca; Olmos y Contreras, que fue muerto a puñaladas en Puebla, y Valadez, quien fue asesinado en Sinaloa.
Ya va a ser la reelección
Y los pájaros azules
Desempolvan las curules
Del Congreso de la Unión.
Ya se hallan en oración,
Conciliadores y cojos,
Que postrándose de hinojos,
   No dejan de murmurar
¡Un votito popular
  Para la misa de flojos!
                                                   

                                                      
                                                       
En esa época, la lucha ideológica contra el régimen porfirista se daba en la prensa. Circulaban muchos periódicos y algunos fueron combatidos por el gobierno, a pesar de que afirmaba que había libertad de prensa. Entre esos periódicos podemos mencionar los siguientes:
       Diario del Hogar, publicado de 1881 a 1912 y fundado por Filomeno Mata. Su tendencia era antirreeleccionista. En un principio apoyó al gobierno de Díaz pero después lo atacó fuertemente. Llegó a ser un importante espacio de opinión de los liberales.
       El Hijo del Ahuizote, fundado en 1885. En 1902 los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón se hicieron cargo del periódico para atacar duramente al gobierno y aprovechar para difundir ideas anarquistas y revolucionarias. José Guadalupe Posada colaboraba con sus caricaturas en este diario.
       El Imparcial, que se publicó de 1896 a 1914. Uno de sus fundadores fue Tomás Braniff, empresario estadounidense de la industria del papel. Era de tendencia oficialista y recibió apoyo económico del gobierno. Esto permitió que fuera muy barato, lo que obligó a otros periódicos a cerrar.
       El País, que circuló de 1899 a 1914. Lo fundó y dirigió Trinidad Sánchez Santos. Manejaba mensajes como: “Libertad en todo y para todos, menos para el mal ni para los malvados”, y “Combatir por la religión y por la Patria”. Tuvo gran éxito por su posición independiente. De cinco mil ejemplares llegó a alcanzar un tiraje de 200 mil. Utilizó por primera vez la prensa a colores.
       Regeneración, fundado por los hermanos Flores Magón en 1900. Al principio denunciaba irregularidades de la justicia porfiriana y después dio combate en el terreno político. Apareció de manera intermitente hasta 1918, debido a que sus directivos fueron encarcelados varias veces.
       El Antirreeleccionista, publicado sólo unos meses en 1909. Estaba apoyado por Francisco I. Madero. Su director fue Félix Fulgencio Palavicini y José Vasconcelos era su jefe de redacción. Se cerró cuando el gobierno decomisó sus instalaciones y emprendió acciones legales contras sus integrantes.
Para 1910, el gobierno era una gerontocracia que impedía toda renovación, en los puestos de gobernadores, de integrantes del Congreso e incluso del Poder Judicial. Se había logrado la paz y el progreso, pero la libertad se había convertido en una meta lejana que, tal vez, se alcanzaría en un futuro.
En el Porfiriato la política se aplicó de tal manera que todo quedaba subordinado al presidente Porfirio Díaz (1876-1911). Díaz se acercó al Congreso y llevó una política conciliadora. Promovió la no reelección, principio de sus levantamientos, y en 1880 cedió el poder a su matador Manuel González.
En sus siguientes mandatos, Díaz se enfocó a pacificar el país y pactar con grupos de conservadores y con el clero para poder mantenerse en el poder. Incluyó a viejos lerdistas como Manuel Romero Rubio, su suegro, e incluso a imperialistas como Manuel Dublán, en su gabinete.
Díaz pacificó al país y no tuvo piedad en disolver rebeliones, siendo en todo momento apoyado por los rurales y la policía secreta. Las rebeliones más conocidas fueron las de Trinidad García de la Cadena y Heraclio Bernal en 1886 y la de Ramón Corona en 1889.
Si bien el gobierno de Díaz no permitió la libre expresión de los mexicanos ni su participación en los asuntos políticos. Ya instalado en la cúspide del poder político del país, Porfirio Díaz fue aprovechando las oportunidades para cambiar la Constitución Política, a fin de que fuera aceptada la reelección del presidente, primero por un periodo, para después permitirla de manera indefinida. Las múltiples reelecciones de Porfirio Díaz permitieron que el país gozara de varias décadas sin guerras o levantamientos armados mayores. La paz abrió camino al desarrollo económico y la creación, por ejemplo, de una fuerte infraestructura ferrocarrilera.
En esa época se mantuvieron dos formas de gobernar el Liberalismo conservador y el Centralismo politico de los cuales hablaremos a continuación :

LIBERALISMO CONSERVADOR
Esta forma mantuvo el proyecto económico y político de forma liberal pero bajo una vertiente conservadora como la decisión que tomo de gobernar por un cuatrienio.
Para evitar el conflicto Porfirio Díaz abandono el poder en el año de 1880 cediéndoselo a Manuel González. Al terminar el periodo de Manuel González Porfirio Díaz se incorporó de nuevo a ser elegido presidente de México

PRESIDENCIALISMO CENTRALISTA. 
Porfirio Díaz, quería consolidar el poder e imponer la unidad, por lo cual fortaleció el poder Ejecutivo, creando con un esto un presidencialismo centralista, dándole derechos al presidente como nombrar puestos públicos, aunque parecían haber surgido democráticamente.
  Para escoger a sus colaboradores Porfirio Díaz escogió a las personas que a su criterio fueran inteligentes y preparadas. Algunos de sus colaboradores en el poder fueron: Mariano Escobedo, Felipe Berriozábal y Manuel Dublán.
  Poco después el centralismo entorno ala figura del presidente llegó a su culminación, con esto la vida política dependía del presidente, el legislativo y el judicial.


Organización Política
El gobierno de Díaz se caracterizó por haber sido un fuerte que no temía utilizar la fuerza para garantizar la “paz”, pues utilizó la fuerza cuando lo consideraba necesario, un ejemplo es que persiguió, sometió y castigó a los numerosos generales rebeldes. Este tipo de actitudes se vieron reflejado en lo político pues para mantenerse en el poder utilizo diversos recursos.
Centralizó el poder, dejando bajo su control al poder legislativo y judicial y asumió bajo su dominio, la soberanía de los estados. También, Díaz nombró, negoció o removió a los gobernadores y a los integrantes de las cámaras, según sus intereses y ambiciones. Estas fueron unas de las maneras en las que centralizó el poder.
Otra técnica que utilizo fue reformar la constitución de 1857 para que la permanencia en el poder fuese ilimitada y que el periodo de gobierno se ampliase de cuatro años a seis años.
Porfirio Díaz se rodio de una pequeña aristocracia que estaba conformada por un grupo de personas, que eran representantes de la burocracia, terratenientes, latifundistas, comerciantes e intelectuales. Desempeñaron un papel importante en la política, pues dirigían la administración del Estado, puesto que la mayoría de ellos conformaba el gabinete de Porfirio Díaz. Ellos simpatizaban con el positivismo y consideraban que gobernaban  “según la ciencia”. Debido a su origen de clase alta, vivieron de una manera muy distanciada a la vida provinciana, esto llevo a que marginaran a los indígenas pues los consideraban “la raza atrasada”. Este grupo se mantuvo en el poder durante mucho tiempo y no dejaron que “cualquiera” se uniera.
Entre los integrantes de este grupo destacan:
Protasio Tagle (1876-1878) secretario de gobernación secretario de justicia e instrucción pública
Manuel Romero Rubio: secretario de gobernación
Manuel González Cosío: Gobernador de Querétaro
Ramón Corral: Vicepresidente
Ignacio Mariscal: Secretario de relaciones exteriores
Pedro Ogazón: secretario de guerra y marina-magistrado de la suprema corte de justicia
Manuel González: presidente de México (1880-1884)
Pedro Hinojosa: Secretario de guerra y marina
Felipe Berriozábal: Secretario de guerra y marina
Bernardo Reyes: Gobernador del Estado de Nuevo León
Matías Romero: Secretario de hacienda
Benito Gómez Farías: Secretario de hacienda
José Yves Limantour: Secretario de hacienda


Partidos Políticos Mexicanos 
Partido Nacional Antirreeleccionista:
Creado en 1909, participó en las elecciones presidenciales de México “La sucesión presidencial en 1910”.Este partido analizó la situación política e incitó a la transformación democrática del país; con tal motivo, emprendió una gira para impulsar la creación de clubes antirreeleccionistas.
Candidatos del partido:                                Objetivos:
*Francisco I. Madero                   *Sufragio efectivo       * No reelección    *libertad municipal
*José Vasconcelos                       *Perseverancía estricta de la Constitución
                                                          *Respeto a las garantías individuales.

   
Partido Liberal Mexicano:
Buscó reorganizar a los simpatizantes del Partido Liberal que promulgó la Constitución de 1857, tuvo como antecedente directo el Congreso Liberal de 1901 y los múltiples Clubes Liberales que se formaron en los siguientes 5 años. El partido fue fundado en 1906, por los hermanos Flores Magón. Los delegados del PLM estuvieron involucrados en las huelgas obreras de Cananea y Río Blanco, también planearon sublevaciones coordinadas con las que pretendían extender la revolución a todo el país. El periódico Regeneración fundado en 1900, también por los Flores Magón, se convirtió en el principal vocero del PLM.
Participantes:                                              Ideologías:
*Enrique Flores Magón                     *Magonismo
 *Ricardo Flores Magón                    *Anarcocomunismo
*Jesús Flores Magón                         *Agrarismo
                                                              *Anarquismo
   











Partido Católico Nacional:
El 7 de mayo de 1911 el periódico El Tiempo Anunció la fundación del Partido Católico Nacional y sobre su actuación en las semanas siguientes, otros diarios publicaron notas sobre su rápida difusión en el Estado de México, Jalisco, Aguascalientes, Zacatecas, Puebla Michoacán y Guanajuato. El programa del partido se inspiraba en las enseñanzas de León XIII y que su esfuerzo estaría encaminado a lograr que el gobierno y el estado se rigieran por los principios de la civilización cristiana.

    




















 Partido Democratico
Como resultado de los esfuerzos de un grupo entusiasmado con las declaraciones que Porfirio Díaz hizo al periodista norteamericano James Creelman, surge el Partido Democrático en 1909, El Partido Democrático consideraba que el problema político del país era, en el fondo, un problema de la educación nacional.
Lideres:                                                                      Propuestas:
* Benito Juárez Maza (Presidente)               * Crear un ministerio de agricultura
* Manuel Calero (Vicepresidente)                  *Fortalecimiento de los municipios
* José Peón del Valle (Vicepresidente)           *Una legislación obrera
*Jesús Urueta (Secretario)
*Diódoro Batalla (Secretario)
Lerdo de Tejada (Secretario)


Partido Reeleccionista:
El Partido Reeleccionista postula la fórmula electoral Porfirio Díaz para presidente y Ramón Corral para vicepresidente. El partido había sido formado por los integrantes del grupo de los “Científicos”. En la Convención Reeleccionista, el PR dio a conocer un manifiesto en el que expresaba que  apoyaban a la fórmula Díaz-Corral porque en el ánimo de toda la nación estaba que los dos grandes gobernantes deberían continuar al frente de los destinos nacionales.
Integrantes:                                                      Órganos de prensa:
*Porfirio Díaz                                                      *”El reeleccionista”
*Ramón Corral                                                    *” El debate”
*Rosendo Pineda,
*Pedro Rincón Gallardo
*Joaquín D. Casasús
*José Castellot

No hay comentarios.:

Publicar un comentario